miércoles, 14 de junio de 2017

Entre las Tuberías de Etgar Keret

Entre las Tuberías de Etgar Keret

Pablo Picasso combinó varias perspectivas simultáneas en un solo plano, desconcertando al observador; René Magritte pintó objetos inanimados llenos de vida, de forma tal que podían contemplar al observador. En materia literaria algo parecido puede suceder y es así como la narrativa del escritor de origen israelí Etgar Keret nos pone en jaque con cada uno de los tópicos que convergen en sus historias donde la vida cotidiana, el humor negro, el surrealismo, lo pueril y lo grotesco forman parte de un mismo universo que se conecta entre sus Tuberías.
La narrativa de Keret rompe la verosimilitud de manera sorprendente ya que este escritor tan prolífico, que desde 1992 ha sido traducido a dieciséis idiomas, siempre da un vuelco inesperado a sus relatos. Tuberías, su primer libro, se inicia sin preámbulos y sus 56 cuentos se asumen a sí mismos, irreverentes, y desacralizan los supuestos valores sociales. Otros dejan el desenlace descansando en la ambigüedad para que el lector sea quien construya el final:
Él prefería escribir su vida en el agua; crear remolinos colmados de emoción, en vez de grabar hechos imprecisos en las cortezas de los árboles. […]
—Nadie me internará, abuelo; no es necesario. No tengo que ponerme una camisa de fuerza para abrazarme. Fui a mear y me tragué la distancia al baño con tres pasos gigantescos. Uno, dos tres.
Lo sublime de estos cuentos son las abundantes sensaciones e impresiones que, sin duda por su minuciosa descripción, han dado pie a que varios de sus relatos sean llevados al cine (más de cuarenta cortometrajes). Los que se presentan en Tuberías no podrían ser la excepción
Los seres fantásticos siempre están presentes, ya sean unos diablitos en el infierno que lanzan guano de murciélago mientras los personajes tienen sexo salvaje y desenfrenado, o enanitos que encargan sus cervezas porque son unos beodos irredentos y traen hachís “del bueno” para hacer más llevadera una ruptura amorosa.
—Sigues pensando en ella —dijo Shuni cuando le tocaba jugar a Meir y no lo hacía. No estás concentrado en el juego.
—Las chicas son un veneno —murmuró Zafrani preocupado—. Tienes que cogértelas debajo de un champiñón y después mandarlas directamente a la mierda. Si permites que se queden más tiempo, te envenenan el alma. […]
 —Nos ha salido caro tu revolcón, ¿eh?  —murmuró Efter con voz rota—. Espero que valiera la pena.
—A la mierda las cervezas. Lo esencial es que ella se ha ido —dijo Shuni mostrando un bultito envuelto en papel de aluminio que había sacado del bolsillo de los pantalones—. Mira: hachís del bueno.
Los enanitos y Meir gritaron de alegría.
—Está muy bien que se haya ido— le dijo Zafrani mientras Shuni preparaba el hachís—. Las chicas son veneno.
En cada uno de los personajes se muestran las inquietudes juveniles de Etgar Keret que, como mencionó en la presentación del libro en la Cineteca Nacional (el pasado 4 de mayo), tuvo que afrontar por medio del sexo y el cáñamo índico para hacer la vida más tolerable. Según sus palabras, a los 19 años lo único que quería el joven Keret era un abrazo. Es por ello que, en la mayoría de los relatos de Tuberías,que fue escrito cuando tenía 24 años, se preocupa por narrar la vida de guerrilleros, amantes, locos, drogadictos, redentores del mundo siempre en medio de desencuentros amorosos.
Nada en el mundo podría hacerla más feliz que hacer el amor con él toda la noche, volver a saborear sus labios inexistentes, notar el temblor incontrolado que le recorría y el vacío que se desparramaba en su cuerpo. No había sido su primer hombre: antes de él, muchos otros habían sudado y gemido en su cama, le habían hecho daño al abrazarla, le habían metido su carnosa lengua en la boca, en la garganta, hasta casi ahogarla…: hombres distintos, hechos de distintos materiales: de carne y hueso, de miedos, de tarjetas de crédito del padre, de traiciones, de pasión por otra… Pero esto había sido antes: ahora lo tenía a él. […] Sabía que sus padres no estaban satisfechos con su amado, a pesar de disimularlo. Una vez, incluso había oído a su padre consolar a su madre en un susurro: “Es mejor que si saliera con un árabe o con un drogadicto”. Evidentemente, habrían preferido que saliera con un médico con experiencia, o con un joven abogado. Los padres tienen tendencia a buscar motivo de orgullo en su hija, pero es difícil encontrarlo en un hombre hecho de nada. Aunque ese hombre hiciera feliz a su hija y llenara de sentido su vida, más que cualquier hecho de materia.  
Todos los hechos, argumentos, pensamientos o fantasías pueden integrar una ficción y la ficción siempre atrae, siempre subyuga porque es la posibilidad de vivir otras vidas, no sólo la nuestra que, por desgracia, es una:
Aquí me contaron que los que se suicidan regresan a la tierra para volver a vivir la vida, porque el hecho de no haber sido gozosos en una encarnación no significa que no puedan encontrar su lugar en otra; pero los que no se adaptan verdaderamente al mundo encuentran el camino para llegar aquí.
Keret manipula de manera extraordinaria a los personajes, los ha observado con suficiente atención en su imaginación, y se deja llevar por su intuición, un sueño vívido y continuo en cada cuento estéticamente logrado, en el que interviene, como en la vida, lo extraño, por ordinarios que sean sus ingredientes. Por ello nos vemos sorprendidos por algo que encaja perfectamente en el desarrollo del cuento y, al mismo tiempo, es completamente inesperado como un perfecto knock-out.
La literatura en Tuberías es una sola, sin género ni país. Las características de estos relatos se repiten al sorprender al lector con el manejo de diversos narradores, donde lo ordinario y lo extraordinario se entrecruzan brevemente o donde lo corriente muestra de pronto, aunque sólo sea por un instante, un rostro distinto:
—Nuestro padre probó la arena que se le había pegado en la mano, alzó la cabeza y miró a Abdú a los ojos.
—Ya en mi juventud supe que la familia es como una planta: si la arrancas de sus raíces, se marchita. Si la desgarras, muere. Pero si la dejas en la tierra, entera, ni dioses ni vientos acabarán con ella. Nace con la tierra y muere con ella.
Jorge Luis Borges decía que la felicidad existe siempre en las páginas de un libro. Uno puede hacer suya esa afirmación y leer a Etgar Keret definitivamente lo es.

Etgar Keret
Tuberías
Traducción de Roser Lluch i Oms
Sexto Piso
México, 2017
208 pp.

LE PAIN QUOTIDIEN

LE PAIN QUOTIDIEN SE RENUEVA PARA 2017


Le Pain Quotidien, “el pan diario”, donde los exquisitos sabores del pasado encuentran el presente y el futuro, en donde un legado culinario complace a tu paladar el día de hoy.
Su delicioso pan, es elaborado con harina de trigo orgánico molida en piedra, sal marina y agua con masa madre (la masa madre es un cultivo simbiótico de las levaduras presentes de manera natural en alimentos, como los cereales, y microorganismos presentes en el medio ambiente, en especial levaduras como la Saccharomyces cerevisiae, responsable también de la fermentación del vino y la cerveza.) por lo tanto, el pan de Le pain quotidien está hecho con paciencia, con tiempo y cariño, para lograr una corteza terrosa, crujiente y de gran riqueza en su aroma en cada uno de sus panes que fungen como un delicioso lienzo, en su vasta mayoría de platillos, al que además es muy fácil de digerir.
Le pain quotidien se caracteriza por su atmosfera acogedora y se dice que, la primera mesa comunal de Le pain quotidien fue en la Rue Dansaert en Bruselas y que fue construida con madera reciclada de los suelos de los trenes belgas que ya no funcionaban; es así, como esos simples tablones se convirtieron en una tradición y que sin duda es uno de los sellos distintivos de Le pain quotidien, que con esas mesas suficientemente largas para que todos puedan sentarse y suficientemente estrechas para que los comensales puedan conversar y lograr así un cálido ambiente hogareño y de camaradería que se reafirma por el amor a la comida, que sin duda alguna, es la protagonista.

Es realmente reconfortante encontrar buenos sitios abiertos desde muy temprano para poder tomar un espléndido desayuno (ya sea que vayas sol@ o acompañad@) o si lo deseas un almuerzo, comida o una cena; ya que sus puertas de lunes a viernes son desde las 7:00am, los fines de semana a las 8:00 am y su cierre oscila entra las 10:00pm y la media noche; dependiendo el día. Entre una variedad de tés e infusiones, chocolate caliente, o para los que no son nada sin una buena taza de café, este es el mejor lugar, acompañada de un delicioso croissant recién horneado o una madeleine que el mismísimo Marcel Proust aprobaría mencionar en “Du côté de chez Swann” (Por el camino de Swann) cuando el sabor transporta al narrador a la casa de la tía Leoncia, en la magnánima obra de “ À la recherche du temps perdu” (En busca del tiempo perdido). O bien, si te apetece algo más sustancioso te recomiendo las sincronizadas de pan árabe en el que el jocoque de chipotle le da un sabor que te hará tener un día de campeones, pero también están los tradicionales omelettes y jugos orgánicos con la fruta de temporada de tu preferencia.

Para el medio día o ese antojo entre comidas también están sus concupiscentes tartines, que se sirven con atractivas combinaciones cromáticas, gracias a sus ingredientes; en el que principalmente destacan los de: roast beaf por su peculiar mayonesa de alcaparras, el vegano de hummus y aguacate, o el de salmón ahumado con su toque de eneldo.

A la hora de la comida Le pain quotidien realmente tiene platillos que sin duda debes probar, como lo son: las albóndigas de pollo orgánico en salsa de higo y coco, la lasagna de vegetales (que los paladares mexicanos amamos y agradecemos por el huitlacoche de su interior), quiche, o la ensalada taboulé de quinoa, el spaguetti orgánico de Alain (sí, del creador de este magnífico lugar comunal de sabor, Alain Coumont).
Los sándwiches y ensaladas son simplemente exquisitos por sus ingredientes orgánicos, frescos, de la más alta calidad y en los que puedes compartir por si andas de antojo y no te puedes negar al fondue de quesos suizos, o una tabla mediterránea o toscana y acompañar con un vino de tu preferencia de su amplia carta de espumosos, blancos, tintos y rosados.

En el menú de cenas, mi mención honorifica es para el formaggio con alcachofas y hongos silvestres servido en cazuela de pan de nuez tostado; pero también y no menos importante, esta mi amada hamburguesa de pollo orgánico en pan brioche con chips de vegetales (o si lo prefieres puedes pedir ensalada de guarnición) que es una verdadera delicia para el paladar que puedes acompañar con una refrescante limonada de chía.

Para cerrar, déjate consentir con un postre de su variada carta que posee para todos los gustos, desde el brownie belga, una créme brûlée, énclair de café, crumble de frutos rojos o tarta de pistaché, entre otros.

GASTRONOMÍA Y ENTRETENIMIENTO AL MÁXIMO NIVEL, EN ALBOA PRIME


Hablar de Alboa Prime es sinónimo de mucho entretenimiento y excelente calidad en platillos. Una comida casual se transforma en un día/noche entero, de sana diversión, y para muestra la gran fiesta mexicana que tendrán el día 15 de septiembre, que no te puedes perder.
Cuando subes las escaleras eléctricas te acercas a una experiencia única, la terraza de Avira, rige todo el trazo frontal del lugar, al fondo te encuentras con el boliche, los futbolitos y las mesas de billar, con las descomunales pantallas de Cranker; la barra que está antes de llegar a DAO conjuga de manera armónica la elegancia y simplicidad, como en cada uno de sus cocteles, que están muy bien logrados, son coquetos (pero pegadores, por si echas el drink nivel José José, tampoco para que te pongas un tapón marca diablo y resucítenme mañana ¡eh!) ya que Alboa Prime, en Santa Fe, es un sitio donde puedes ir con la familia, los primitos, el galán o las amigas
CRANKER
Las paredes rojas combinan perfectamente con sus pantallas gigantes para ver tu deporte favorito. Hay billar y boliche. Los ingredientes que se utilizan para cada platillo son superfrescos y de gran calidad, recomendamos sus imperdibles entradas, las hamburguesas con mayonesa de malta (que puedes acompañar con una malteada o una cerveza artesanal), las pizzas y pastas que te transportan a la península italiana en un santiamén, y platos principales como las (muy amadas por los meet lovers y por mí) costillas de res que están elaboradas en un largo proceso de cocción que lleva 13 horas aproximadamente al alto vacío para que la carne llegue en su punto a tu paladar; la esencia de todos estos maravillosos platillos radica en darte un toque premium que hace única la experiencia Alboa Prime.
AVIRA
Perfecto para pedir algo al centro, ya que cuenta con un amplio menú con generosas porciones en sus entradas, como las bolitas de queso de cabra con pequeños destellos de epazote, empanizados en ajo y acompañadas con aceite de oliva y picante guajillo, o los imperdibles tacos de rib eye con mayonesa de chipotle, tapas como, la concupiscente de filete de res con un aroma embriagante por las tres pimientas y el puré de papa que se desliza en el pan, también cuentan con una exquisita barra de mar y finalmente se puede compartir un dulce momento con sus postres. El talento culinario es simplemente sublime, ya que la comida entra por los ojos, pero el sabor es lo que permanece.

DAO
En un ambiente más íntimo, el regusto del continente asiático se hace presente en Alboa Prime con el excelente menú de Dao, que asimismo fomenta el consumo de vino mexicano, por lo que es una excelente idea.http://theguiltycode.com/gastronomia-y-entretenimiento-al-maximo-nivel-en-alboa-prime/

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